La Iglesia católica ha recibido muchas críticas a lo amplio de su historia, desde Interiormente como desde fuera de ella. Las críticas se dividen principalmente en dos grupos: las que se refieren a aspectos doctrinales, y las que censuran el comportamiento (Existente o supuesto) de los católicos en su conjunto o en porcentajes de cierta relevancia (sea que vivan de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, sea que actúen en contra de las mismas).
Unción de los enfermos: Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve.
Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del mitrado de la diócesis en la que han sido reconocidas.
Por ejemplo, una iglesia catedral es aquella en la que vive el mitrado de una diócesis y hay una por ciudad. Una iglesia basílica es una que reviste mucha importancia por el hecho de ser el sitio de custodia de una o más reliquias, etc.
Ser miembro de la iglesia significa que se pertenece a Dios y que se pertenece al pueblo de Altísimo. A la iglesia todavía se le llama "la novia de Cristo", enfatizando que la iglesia está unida en una relación profunda e íntima con Jesús, y está ligada a él por un pacto similar al del nupcias.
Además, el que el prelado de Roma llegara a tener una importancia particularmente sobresaliente, se debió, según algunos, por motivos políticos: Roma fue la renta del Imperio Romano hasta que el Emperador Constantino I el Grande hizo de Constantinopla la nueva caudal, el 11 de mayo de 330.[83] Otros atribuyen esta importancia al hecho de que desde que se reconoció a un prelado por cada sede, en torno al siglo II, se reconoció que el primer obispo de Roma había sido Pedro y que los posteriores obispos de Roma fueron sus sucesores en la longevo prominencia de autoridad Internamente de la Iglesia.
Las dos sociedades pertenecen a órdenes diferentes. La satisfacción temporal a que tiende el Estado no es esencialmente dependiente del aceptablemente espiritual que rebusca la Iglesia. La prosperidad material y un alto cargo de civilización pueden encontrarse donde no exista la Iglesia. Cada sociedad es suprema en su propio orden. Al mismo tiempo, cada una de ellas contribuye en gran medida al progreso de la otra. La Iglesia no puede atraer a hombres que no tengan algún rudimento de civilización, y cuyo salvaje modo de vida hace increíble el crecimiento casto. De ahí que, aunque su función no es civilizar sino excluir almas, inclusive Figuraí cuando llega a tratar con razas salvajes, comienza por buscar comunicarles los elementos de la civilización. Por otro ala, el Estado necesita las sanciones sobrenaturales y los motivos espirituales que la Iglesia imprime en sus miembros. Un poder civil sin éstos se fundamenta de guisa insegura.
La presencia de Cristo es la secreto de la vida de la iglesia. Es en la iglesia y a través de ella que Cristo encuentra, luz, transforma, equipa y envía a su pueblo al mundo. Dios se sirve de la iglesia para personarse la salvación a quienes no la conocen y para alentar la Seguridad de los creyentes.
Bernardo de Claraval, doctor de la Iglesia y preceptor espiritual de la orden del Císter del siglo XII, representado en la imagen abrazando a Cristo.
En existencia a veces se dice que los formularios oficiales del anglicanismo son susceptibles de un sentido católico, si se les da una interpretación “no natural”. Este argumento, sin embargo, no puede tener fuerza. Al estimar el carácter de una sociedad, debemos juzgarla, no por el sentido restringido que algunos individuos puedan acertar a sus regulaciones, sino por el sentido que estas pretendían tener. Auditoría por este criterio, nadie puede discutir que estas innovaciones constituyeron un cambio fundamental en la posición dogmática de la Iglesia de Inglaterra. Universalidad de la Iglesia
Todas las barreras nacionales, no menos que todas las diferencias de clase, desaparecen en la Ciudad de Altísimo. No se ha de entender que la Iglesia ignore los lazos que unen al hombre con su país, o infravalore la virtud del patriotismo. La división de los hombres en diferentes naciones entra en los planes de la Providencia. A cada nación se le ha asignado una tarea específico a realizar en el incremento de los propósitos de Alá. Un hombre tiene deberes cerca de su nación no menos que alrededor de su grupo. El que descuida ese deber incumple una obligación casto primordial. Encima, cada nación tiene su propio carácter, y sus propios talentos especiales. Se descubrirá que asiduamente un hombre alcanza una virtud superior, no descuidando estos talentos, Get More Info sino encarnando los ideales mejores y más nobles de su propio pueblo.
Existió una pequeña comunidad católica bizantina georgiana, pero nunca fue erigida en iglesia ni incluida en la índice oficial de ritos orientales publicada en el Anuario Pontificio.
Hace poco, me dijo una amiga, que desde que se cambió de la Iglesia Católica a otra distinta, vive mejor y hace más cosas buenas, y hasta ha logrado deshacerse de vicios. Podemos con esto concluir que en muchas otras "iglesias" (recuerda que es el cuerpo ascético de Cristo, y ni modo que tuviera varios cuerpos) algo bueno debe acontecer, y si aunque sea eso bueno se vive, se pueden obtener buenas cosas; pero es necesario hacer notar que si ella hubiera vivido todo lo bueno que tiene nuestra Iglesia, simplemente conservarseía a niveles como el de la Origen Teresa de Calcuta: a la santidad.
En el precedente examen de la doctrina de la Escritura respecto a la Iglesia, se ha gastado cuán claramente se establece que sólo entrando en la Iglesia se puede participar en la redención que Cristo obró para nosotros. La incorporación a la Iglesia puede ella sola unirnos a la comunidad del segundo Desaseado, y ella sola puede injertarnos en la verdadera Vid. Adicionalmente es a la Iglesia a la que Cristo entregó los medios de Chispa que se comunica a los hombres los dones que Él ganó para ellos.